Mosquito Mutante.

Si lo ven, tengan miedo.

Al público en general:

Recientemente, las autoridades han reportado la existencia de un mosquito mutante que acosa a la población. Dada la conocida tradición de Dulcamara Inc. por la manipulación genética, se ha insinuado que mi compañía es la culpable, pero eso no es verdad.

Según se ha informado, el mosquito en cuestión tiene una mutación que le hace resistente a los insecticidas comunes. Mi pregunta es: ¿en serio creen que Dulcamara Inc. se conformaría con una mutación tan ridícula?

¿Resistencia a los venenos? Por favor, Dulcamara Inc. no juega con cosas tan básicas. Años de experimentos éticamente reprobables han llevado nuestros descubrimientos más allá, como cuando creamos la cabra explosiva o el pato xilófono. Nuestros estándares están mucho más arriba.

Es cierto que durante los años 90 experimentamos con mosquitos, pero los nuestros medían tres metros de alto, poseían poderes psíquicos y mala actitud. Tienen aliento de fuego y les gusta arañar pizarrones con los dedos.

De tal manera, rechazo completamente la acusación. Los mosquitos mutantes no pertenecen, ni podrán ser jamás parte de Dulcamara Inc., pues ni siquiera son una amenaza letal en términos de destrucción de ciudades, y no nos haremos responsables por ninguna molestia que puedan causar.

Ahora que si se encuentran con uno de los mosquitos gigantes que escaparon recientemente del perímetro de contención, bueno, griten, corran y no nos demanden.

Atte. Dr. Dulcamara.

Payaso Comando.

Un equipo de primera.

Carita Risueña era un payaso, un payaso por tradición. En su familia había habido payasos desde seis generaciones atrás, y nada era de más orgullo en su cada que mostrar talento para el monociclo. Pero a diferencia de sus padres, Carita Risueña odiaba ser payaso.

No es que lo negara, siempre portó la cara blanca y la nariz roja, pero detestaba la actuación, especialmente porque carecía de sentido del humor. Nunca reía, los chistes no le parecían graciosos, y el caos del circo le provocaba nauseas. Lo que realmente le interesaba era la disciplina y el trabajo duro.


A pesar de la presión familiar, un día Carita Risueña abandonó el circo y buscó un mejor trabajo. Probó en la industria de la construcción, de guardabosques, cuida perros y pescador de cangrejos, pero nadie en su sano juicio contrataría a un payaso para tales empresas.


Carita Risueña se dedicó a la bebida; estaba destrozado. Una vez estalló un pleito en un bar. Con la agilidad de un gato, el payaso saltó a la trifulca y derrotó a los borrachos en sólo un instante.


El cantinero lo felicitó y contrató como guardaespaldas. Carita Sonriente tenía un especial talento para la pelea, la logística, estrategia. Años de evitar atentados y pegarle a la gente lo prepararon para dar el siguiente paso.


Dispuesto a triunfar, recluto a los payasos renegados del mundo. Los entrenó y formó un equipo de élite militar. Así nació en el grupo de mercenarios más colorido (literalmente) del planeta: Payaso Comando.


Payaso Comando ofrece los mejores servicios de protección, investigación, captura, asalto y balística de toda la sección amarilla. Por el precio adecuado, el Comando está dispuesto a cualquier trabajo. Además, tiene garantía, si no cumplen con su misión y le causan una sonrisa, le devuelven el dinero y le dejan dispararle a un payaso. Con Payaso Comando todo el mundo gana.


Así que si desea vengarse de alguien, desaparecer a sus enemigos, estallas un edificio burocrático o conquistar un pequeño país sudamericano, no lo piense más, Dulcamara Inc. lo pondrá en contacto con Payaso Comando, el equipo armado con los zapatos más grandes que se puede encontrar.


“Payaso Comando, les ponemos final con una sonrisa”.

Aberración A-49.

¿Puede resistirse a sus encantos?

Dulcamara Inc. comenzó hace varios años con el proyecto Aberración. Su objetivo, crear una criatura mutante con súper poderes capaz de ayudarme en mi eterna cruzada por el dominio mundial. El método, simplemente arrojar animales varios a un pozo de desechos tóxicos y esperar que algo pasara.

Durante años, lanzamos de todo, pero lamentablemente la mitad de los animales morían, y la otra mitad regresaban en forma de zombis radioactivos que aterrorizaron la empresa, pero ese es otro asunto.

Muchos científicos insistieron en que mi procedimiento no tenía sentido y jamás daría resultado, por supuesto, también fueron arrojados al pozo. Y si estuvieran vivos, sería momento de que se avergonzaran, porque el tiempo me dio la razón, pues al fin una Aberración ha salido viva del tanque.

Claro que no fue lo que esperaba, un dragón bicéfalo con alas de libélula y un aguijón neurotóxico, pero tampoco soy exigente. La Aberración, llamada A49 en honor a 48 errores que no mencionaré, es… bueno, una aberración muy curiosa.
Es redonda, rebota, tiene una linda cola y bueno, creo que es todo. Hemos hecho algunas pruebas pero los resultados han sido confusos. La criatura no reacciona ante la electricidad, el fuego ni el desodorante ambiental. Tampoco se mueve, y apenas respira. Sin embargo, eso nunca es un impedimento, pues A49 ha demostrado ser una mascota perfecta y un bonito centro de mesa.

¿Qué está esperando? Encargue ahora mismo su A49, decore su casa, presúmala con sus amigos, no come, no hace ruido, y hasta donde sabemos no le arrancará las piernas mientras duerme. Es la mascota de moda, olvídese de iguanas y hurones, esos ni siquiera sobreviven a una piscina de tóxicos fluorescentes.

Lleve su aberración A49 y dígale al mundo: “Yo apoyo la investigación genética, cuando crea monstruos tan lindos”.

Aventuras de ayer y hoy.

Un clásico que nunca pasa de moda.

Muy pocos saben esto, pero a la mitad de los años cuarenta, mientras todos se dedicaban a robar bancos, contrabandear alcohol, y usar bonitos trajes a rayas, yo me atreví a invertir en una naciente industria: la animación.

En aquel entonces las caricaturas pasaban en los cines, justo después de los noticieros, porque a la gente le gusta ver perritos cantando después del reporte de guerra. Y así, sin darme cuenta, me convertí en personaje de caricatura.


El show se llamaba Dr. Dulcamara’s Money Melodies porque cobrábamos Mucho. Pero valía la pena, conmigo de protagonista, la caricatura retrataba mi gran carácter y talento para los negocios, contando varias anécdotas, desde la vez que le robé la cartera a una viejecita, hasta el asunto de 1929 que no me es permitido contar.


En aquellos años las caricaturas eran más simples, el público se complacía con violencia innecesaria, efectos de sonido hechos con xilófono, y chistes políticamente incorrectos, y Dr. Dulcamara’s Money Melodies estaba lleno de todo eso.


Seguro ahora tienen ganas de ver cada uno de los 75 episodios. Pues es su día de suerte, porque Dulcamara Inc. ha lanzado la colección completa en DVD, Blu-Ray, y 3D, que no cambia en nada la profundidad (¡son caricaturas de los años treinta por Dios!), pero igual es divertido ponerse unos lentes feos frente a la pantalla.


Pida la colección ahora, y vea los grandes episodios de la serie, como cuando canto con un coro de estereotipos raciales, derroto a los malvados alemanas de la Segunda Guerra Mundial, y conozco a Bing Crosby. No se pierda esta oportunidad, ordene ahora y llévese un trozo de cabello de los esclavos japoneses que ayudaron a animar estas tiras.


Porque las caricaturas viejas nunca mueren (hasta que se quema el rollo original, y todo termina en tragedia).