Queridos clientes, hoy vengo a ustedes con una aviso, una advertencia o una denuncia ciudadana (como les gusta llamarles ahora), porque he sido víctima de una acción indecorosa y deleznable.
Hace un par de días paseaba por las calles como una persona normal, haciendo cosas de persona normal como ver las aves, repartir propaganda y patear bebés, cuando en el camino me topé con una escena tan triste que conmovió mi viejo corazón.
En una sucia esquina, un pequeño murciélago de orejas chuecas y capa raída balbuceaba una canción. El murciélago daba pasos en el mismo lugar mientras tanteaba el piso con un bastón. Llevaba unos lestecillos oscuros. Entonces comprendí la tragedia.
Aquel pequeño estaba ciego. ¿Cómo haría una criatura así para sobrevivir? Imaginé lo terrible que debía ser su vida al ser incapaz de volar, mirar un atardecer o jugas pingpong.
Algo en mi corazón me impelió a romper mi propia regla de nunca dar dinero a nadie sin exigirle algo a cambio, y le regalé un penique, con el que podría comprarse cosas como un astrolabio o un calentador de petróleo.
Consiente de mi buena acción, sentí muy bien el resto del día, pero al llegar a Dulcamara Inc. todo cambió. Como parte de mi política de no hacer nada y cobrar mucho, me encerré en mi oficina a ver televisión, y pasando los canales encontré un documental sobre murciélagos que naturalmente captó mi atención. Imaginen mi sorpresa cuando descubrí en el documental que los murciélagos son ciegos por naturaleza.
Ese quiróptero desgraciado me había timado. No tenía una discapacidad, había nacido así. Es tan atroz como si un ratón pidiera dinero por ser pequeño o una avestruz porque solo tiene dos patas.
De inmediato encargué a dos sicarios que encontraran al murciélago y le rompieran las alas. Tengo entendido que la labor fue hecha, y ahora ese infeliz lo pensará dos veces antes de pedirme una limosna injustificada.
Si un murciélago quiere chantajearlo con su ceguera no lo permita; dele una patada. Y si cree que eso sería cruel, sólo piense que es pariente de los vampiros de Crepúsculo y se sentirá mejor.
Así que esté muy alerta, y no se deje engañar por nadie que no tenga doctorado. Que ya es difícil ganarse la vida así para que encima de eso haya competencia desleal.
Hace un par de días paseaba por las calles como una persona normal, haciendo cosas de persona normal como ver las aves, repartir propaganda y patear bebés, cuando en el camino me topé con una escena tan triste que conmovió mi viejo corazón.
En una sucia esquina, un pequeño murciélago de orejas chuecas y capa raída balbuceaba una canción. El murciélago daba pasos en el mismo lugar mientras tanteaba el piso con un bastón. Llevaba unos lestecillos oscuros. Entonces comprendí la tragedia.
Aquel pequeño estaba ciego. ¿Cómo haría una criatura así para sobrevivir? Imaginé lo terrible que debía ser su vida al ser incapaz de volar, mirar un atardecer o jugas pingpong.
Algo en mi corazón me impelió a romper mi propia regla de nunca dar dinero a nadie sin exigirle algo a cambio, y le regalé un penique, con el que podría comprarse cosas como un astrolabio o un calentador de petróleo.
Consiente de mi buena acción, sentí muy bien el resto del día, pero al llegar a Dulcamara Inc. todo cambió. Como parte de mi política de no hacer nada y cobrar mucho, me encerré en mi oficina a ver televisión, y pasando los canales encontré un documental sobre murciélagos que naturalmente captó mi atención. Imaginen mi sorpresa cuando descubrí en el documental que los murciélagos son ciegos por naturaleza.
Ese quiróptero desgraciado me había timado. No tenía una discapacidad, había nacido así. Es tan atroz como si un ratón pidiera dinero por ser pequeño o una avestruz porque solo tiene dos patas.
De inmediato encargué a dos sicarios que encontraran al murciélago y le rompieran las alas. Tengo entendido que la labor fue hecha, y ahora ese infeliz lo pensará dos veces antes de pedirme una limosna injustificada.
Si un murciélago quiere chantajearlo con su ceguera no lo permita; dele una patada. Y si cree que eso sería cruel, sólo piense que es pariente de los vampiros de Crepúsculo y se sentirá mejor.
Así que esté muy alerta, y no se deje engañar por nadie que no tenga doctorado. Que ya es difícil ganarse la vida así para que encima de eso haya competencia desleal.
25 comentarios:
feliz y productivo lunes.
La siguiente vez que vea un murcielago lo mataré.
jajajajaja... como me encantan las ilustraciones
Su.
Saludos
Es posible que si la haya, y yo sea tan estupida como para no poder verla, pero aun asi, me ha picado la curiosidad: ¿Que elemento de la sociedad representaria entonces nuestro pobre murcielago? ¿Al indigente que pide a base de notas de acordeón?
Me ha gustado muchisimo su blog, asi que le sigo, Doctor :]
Jeje.
Bien hecho!!!!
Ahora tengo que vivir como pordiocero, la gente no se atreve a mirarme siquiera...
muy bueno
Que gusto pasarme por mi provedor de articulos de lujo Dulcamara Inc. de nueva cuenta jejejeje
Saludos y mucha suerte!!!
¿Cómo va a ser eso posible?
jajajajaja... la venganza es el mejor recurso en contra de los timadores'... y ya en labor ciudadana pues promueva a los sicarios Doc.
Disculpe las ausencias' ya sabe como esto de andar entre los ciegos'' y no de mentiras ;)'
Me a decepcionado Sr.
Pero no me prestaría algunos sicarios?
Unos gatos me andan molestando en la noches.
Saludos, genial post.
Mosca
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